Por Dr. Jorge Reskala de Biaani México
En mi colaboración anterior, escribí sobre la importancia de alimentarse respetando las reglas biológicas de nuestro cuerpo. Más allá de que esté en boga una determinada forma de alimentación (vegana, vegetariana, etc.) o que se considere que un determinado tipo de alimentos no es conveniente, el cuerpo tiene un mecanismo para asimilar los nutrientes, y si éste no es respetado, la nutrición a nivel celular simple y sencillamente no sucede.
Hay reglas básicas de alimentación según la bioquímica del cuerpo, que son aplicables a todos. Y también hay reglas digamos particulares según los diferentes tipos de metabolismo (tipos biológicos) que pueden tener las personas. En esta ocasión, voy hablar de las reglas generales para un correcto orden alimenticio.
Nuestro cuerpo simple y sencillamente no puede asimilar a nivel de nutrición celular, al mismo tiempo proteínas y carbohidratos ¡no puede! Entonces hay que consumirlos por separado, punto. ¿Y a qué le vamos a dar prioridad? Pues a lo que nos aporte una mayor cantidad de nutrientes. Y es un hecho que nada aporta más nutrientes que la proteína de origen animal como carne de res, huevo y pescado y por ello debe ser la base de nuestra alimentación. Cerdo y mariscos no deben consumirse ya que generan toxinas.
Sólo la proteína de origen animal puede aportarnos una serie de aminoácidos que son esenciales no solo para tener energía sino para la producción de serotonina y dopamina que son esenciales para el funcionamiento del sistema nervioso central que interviene en los procesos cognitivos. Lo pongo así: el cerebro humano no tendría la capacidad de aprender y de concentrarse que tiene actualmente sino fuera por la carne ¡el cerebro humano evolutivamente no sería lo que es hoy sino fuera por la carne!
Volviendo al correcto orden alimenticio: ya dijimos que no se debe combinar la proteína con carbohidrato, harinas ni azúcares; tampoco debe hacerse con lácteos. La combinación de estos alimentos no sólo provoca una digestión lenta y pesada sino que –insisto- no permite una correcta asimilación y aprovechamiento de todos los grandes nutrientes de la proteína animal. Cuando comida de este tipo entra a nuestro organismo, provoca un pH ácido en el intestino, lo que es la causa real y de fondo del 90% de las enfermedades crónico-degenerativas.
La proteína animal se puede combinar bien con tortillas nixtamalizada, leguminosas como lenteja y frijol, y algunos frutos y verduras sin almidón como espárragos, jitomates y aguacate. Si quereos comer algunos carbohidratos naturales como lo son verduras como el chayote y la zanahoria, deben comerse solos.
En realidad no importa el sin número de nombres de las enfermedades, todas provienen de la misma causa básica: una deficiente alimentación. Y debe suceder todo lo contrario: nuestro alimento debe ser nuestra mejor medicina como decía Hipócrates, padre de la medicina greco/árabe.
En mi próximo texto hablaré de lo que la medicina greco/árabe plantea sobre la forma ordenada de nutrirnos según nuestro tipo de metabolismo o tipo biológico.
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