La Diabetes tipo 2 o mellitus que es la más común, es una enfermedad en la cual hay un alto nivel de azúcar (glucosa) en la sangre, dado que el cuerpo no produce la insulina suficiente (hormona que regula el azúcar en las células) o no la usa eficientemente. Se dice que es un mal congénito e incurable pero ¿y si no fuera así, y si existe una manera de revertirla?
Desde la óptica de la medicina Greco/Árabe, las enfermedades se pueden evitar e incluso revertir eliminando sus causas; el problema de la medicina occidental es que se enfoca más en la eliminación de las molestias, de los síntomas, que en las causas. La causa de fondo de la diabetes es la mala alimentación y por ende una correcta alimentación puede ser sin duda un factor de sanación.
El 90% de las enfermedades que padecemos los seres humanos, se generan en el intestino pues solemos hacer una mala combinación de los alimentos que consumimos. Con frecuencia mezclamos proteínas con carbohidratos, una mezcla que simplemente no permite una absorción de los nutrientes en nuestro cuerpo.
Esto sucede porque el cuerpo digiere primero las moléculas de los carbohidratos pues son más pequeñas, con lo que se altera el pH del cuerpo de ácido a alcalino (el pH del cuerpo debe ser alcalino, los carbohidratos provocan una digestión ácida), y por ello ya no puede luego romper las moléculas de las proteínas que son más grandes y donde está la mayor cantidad de nutrientes como los aminoácidos que son esenciales para la vida. Estamos pues mal alimentados, de hecho desnutridos.
Además, la digestión ácida causada por los carbohidratos perjudica la biota intestinal encargada entre otras cosas de la absorción de nutrientes.
Esta deficiencia nutricional provoca un mal funcionamiento del páncreas por lo que produce poca insulina o que sea una insulina de mala calidad que no va a lograr romper las moléculas de la glucosa que produce el hígado. Por ello, la glucosa se incrementa.
Con el tiempo, el cuerpo entra en estado de emergencia produciendo cetonas de las grasas como fuente alterna de energía, esto genera un desgaste metabólico general y un Ph ácido lo que deriva en cetoacidosis diabética (CAD) que -junto con el estado hiperosmolar y el coma hipoglucémico- son las tres principales complicaciones agudas de la diabetes mellitus.
La CAD viene acompañada de trastornos cardiacos, problemas en el sistema nervioso central (la vista incluida), dolor errático (neuropatías) y obesidad.
Aproximadamente 330 millones de personas en el mundo padecen diabetes tipo 2. Su cura podría ser tan sencilla como llevar una dieta adecuada. En 2011 un estudio de la Universidad de Newcastle mostró que las diabetes tipo 2 se podía revertir en pacientes con sobrepeso y obesidad que siguieron una dieta estricta baja en calorías durante ocho semanas.
Pero más que una dieta estricta, el llevar una dieta basada principalmente en proteína y cierto consumo de leguminosas, muy baja o incluso casi nula en carbohidratos (y nunca consumidos simultáneamente a las proteínas), mejora la biota intestinal y con ello la absorción de nutrientes lo cual lleva a que se regule la producción de insulina en la cabeza del páncreas con lo que mejora su cantidad y calidad.
En lo personal recomiendo también el consumo de miel de abeja, la cual pese a ser un edulcorante y de ser considerada un carbohidrato, en realidad se parece más a la proteína animal por la cantidad de aminoácidos esenciales que proporciona y las proteínas en forma de enzimas como la amilasa, la invertasa y la glucosidasa. La miel tiene 28 aminoácidos, varios de los cuales forman parte de la estructura de la insulina. Eso si: hay que tener mucho cuidado que sea miel 100% pura y de buena calidad sin azúcar agregada pues de otra manera sería perjudicial.
Por Grupo de Especialistas Biaani
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