El equilibrio en el organismo depende del bienestar general de todos los sistemas. Cuando se presenta alguna enfermedad o trastorno, de tipo metabólico, por ejemplo, se van generando otras complicaciones que deterioran el funcionamiento natural de los órganos.
Todos estos factores ocasionan que el organismo se vuelva reactivo, intentando mantener su supervivencia en lugar de utilizar sus recursos de forma efectiva. A continuación, abordaremos con más profundidad la importancia de la salud gástrica.
Cuando el organismo se encuentra en un estado reactivo, significa que está defendiéndose de un desequilibrio. Lo ideal es ayudar al cuerpo a prevenir la aparición de estos padecimiento, a través de una profilaxis adecuada.
La cultura influye en la forma en que te alimentas y la globalización es uno de los fenómenos con mayor repercusión en este proceso. En la actualidad, tienes acceso a especies y cepas de frutas, por ejemplo, que en la época prehispánica jamás hubieran estado tu alcance.
Esta influencia ocasiona que, metabólicamente, el cuerpo se vea sometido a una alimentación inadecuada. La realidad es que eres tú quien debe adaptar el consumo de alimentos de acuerdo a la región donde habitas y no a la modernidad.
La popularidad de los alimentos preparados se debe, sin duda, a su practicidad. Sin embargo, estos productos pueden ser dañinos para el bienestar del organismo. Algunos de los ejemplos más comunes son las pizzas, las hamburguesas, los jugos no naturales y los refrescos.
A nivel genético, nuestro organismo no está preparado para asimilar un producto procesado. Este tipo de hábitos y costumbres se aprenden desde casa; por ello, resulta vital tener una buena cultura alimenticia desde la infancia.
Una de las problemáticas de la globalización es que puede distorsionar tus hábitos alimenticios. Esto ocasiona que comiences a ingerir productos distintos a los habituales, lo que conduce a una lógica en la que se combinan alimentos de distintas latitudes y culturas.
Donde debería existir una dieta sana y nutritiva, comienza una desnutrición profunda que entorpece el funcionamiento adecuado del cuerpo. El organismo se ve obligado a acumular receptáculos de grasa como una fuente de energía alterna.
La obesidad, contrario a lo que podría parecer, es un problema de desnutrición en el cual el cuerpo pide ayuda a gritos. El organismo obeso va agotando sus reservas de energía y la capacidad de reponer sus nutrientes.
Hace 4500 años, los egipcios estudiaban a profundidad el cuerpo humano y la mejor forma de conseguir su bienestar. De ahí surgieron una serie de tratados médicos enfocados en estudiar la relación entre las distintas dolencias, enfermedades y órganos.
Es precisamente en el Papiro de Ebers donde se habla de la relación estrecha que hay entre el intestino y el corazón. En este documento se describe a la perfección cómo se refleja un fallo estomacal o intestinal en el manejo de las emociones y, a la vez, cómo esto afecta al corazón.
Actualmente existen formas más simples y efectivas de estudiar y determinar este tipo de relaciones. Sin embargo, la globalización nos ha llevado a pasar por alto muchos de los consejos que nuestros ancestros nos dejaron por escrito.
El intestino es, literalmente, un segundo cerebro en el cuerpo. El estudio de este fenómeno ha impulsado el desarrollo de una especialidad médica llamada Neurogastroenterología, que se encuentra en desarrollo en Francia.
La ciencia moderna ha descubierto que en los intestinos se localizan más de doscientas millones de neuronas. Esto nos habla de la estrecha relación que existe entre el cerebro y el aparato digestivo.
A ello se le suman alrededor de cien billones de biota intestinal, que son las pobladoras naturales del intestino. Estas bacterias se dividen en tres tipos:
Entre estas, son las bacterias facultativas las encargadas de ayudarnos en la absorción de todos los nutrientes. Además, juegan un papel importante en la producción de vitamina B y K, entre otras. Lo más importante es que favorece la retroalimentación en el hígado y el cerebro.
El cerebro y el intestino son órganos similares. Tal es el caso que si se toma una fotografía de ambos y se retira el color, sería muy difícil distinguir cuál es cuál. Sus funciones están amalgamadas y el equilibrio entre ambos es vital para cuerpo y mente.
Dentro de los intestinos se sintetiza el 95% de la serotonina del cuerpo, esto significa que el cerebro depende de este órgano.
El intestino se conecta a través de sus millones de neuronas, utilizando parte del sistema nervioso central conocido como Nervio Vago.
Uno de los errores más comunes que se comenten al momento de planificar la alimentación es realizar mezclas inadecuadas. Cuando se combinan carbohidratos con proteínas, se reduce la capacidad facultativa de la biota intestinal, lo que también perjudica al sistema inmune.
Cuidar la alimentación es fundamental, pues si existe una distorsión gástrica, la biota alterará su comportamiento. Ante ello, el cuerpo buscará una forma de compensar el desequilibrio aumentando los niveles de colesterol.
Lo ideal es evitar combinar proteínas con carbohidratos, pues esto le quita todos los poderes nutritivos y facultativos a la proteína, inhibiendo su absorción. El cuerpo entonces es incapaz de romper las moléculas y estas se comienzan a fermentar en el intestino.
Esto genera una carga brutal, convirtiendo a la biota en toxoide, lo que inflama los tejidos y produce gases. También se pueden presentar irritaciones en la piel, inflamación, rinitis, faringitis e inclusive trastornos como el del colon irritable.
Acompaña tus proteínas con verduras sin almidón, pues este ingrediente también puede producir toxicidad intestinal.
La leche de vaca tiene propiedades específicas que se adaptan al sistema inmune y necesidades de biota intestinal de los becerros. En el caso de los humanos, esto provoca una alteración en nuestro organismo, que es incapaz de digerir la caseína de la leche.
Cuando el organismo es incapaz de digerir las proteínas, las desecha de forma directa como un moco que tiene mal olor, pues es producto de una mala descomposición.
Este desequilibrio genera un desorden en vías respiratorias, inflamaciones en distintos tejidos y una deficiencia en la producción de serotonina. El estado de ánimo se ve comprometido, alterando también el funcionamiento de las hormonas.
Nuestro organismo es sistémico, lo que significa que requiere que los distintos órganos funcionen de manera balanceada; por ello, resulta vital atender las necesidades de cada sistema para procurar el equilibrio natural.
El intestino es considerado como un segundo cerebro, debido a que contienen más de doscientas millones de neuronas. Es justo ahí donde ocurre el 95 % de la síntesis de serotonina necesaria para nuestro organismo.
Llevar una alimentación consciente será la clave para evitar los desórdenes metabólicos y favorecer el bienestar general del cuerpo. Evita combinar proteínas con carbohidratos y verás que tu intestino se siente más ligero.
En Biaani estamos comprometidos con el bienestar y la armonía del cuerpo. Es por ello que ponemos a tu disposición toda la información relevante y los mejores productos para que puedas llevar un estilo de vida más equilibrado.
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2 Comments
Cómo se puede definir nuestro microbioma con una muestra capilar?
Hola Jorge El test epigenético evalúa ciertos biomarcadores epigenéticos como son la presencia de parásitos, esporas, bacterias, hongos y señal viral, no indica cuál parásito o bacteria suponiendo saliera positivo a ello. Para explicar términos más coloquiales el folículo capilar contiene información de qué murieron las células del cuerpo de allí que sepamos si fue por deficiencia de nutrientes, intoxicación (metales pesados o químicos) o por un elemento en el microbioma. Si deseas una respuesta más científica te recomendamos leer el siguiente título Epigenética: La Ciencia Que Cambiará Tu Vida, De Joël De Rosnay. Saludos